Fondos de pensiones: una nueva fuente de financiación para CSP

Dos grandes fondos de pensiones canadienses, que visitaron recientemente la instalación solar Cresce

Fotografía aérea de la planta Crescent Dunes, de 110 MW en Tonopah, Nevada. Imagen cortesía de SolarReserve.

Traducido por Alexandra Aretio
 
La empresa de desarrollo de proyectos de SolarReserve, Tonopah Solar Energy, se creó para el proyecto CSP de 110 MW de Crescent Dunes, ubicado en Tonopah (Nevada). La planta emplea luz solar para calentar y hacer funcionar las turbinas de vapor y cuenta con almacenamiento energético en sales fundidas para abastecer Las Vegas con electricidad hasta medianoche.
 
La participación del Banco Santander en Tonopah Solar Energy había proporcionado financiación solo para un cuarto del capital necesario para financiar los costes de construcción del proyecto de casi 1000 millones de USD.
 
La Junta de Inversión de Pensiones del Sector Público de Canadá (PSP Investments) y el Plan de Pensiones de los Profesores de Ontario contarán ambos con una participación en la nueva empresa conjunta, que conservará la cartera de activos de energía limpia del Santander, tanto los existentes como los que están en desarrollo. La propiedad de la cartera de más de 2000 millones de USD se dividirá aproximadamente en tres partes: una para el Santander y una para cada uno de los fondos de pensiones.
 
El plan siempre fue que el Santander vendiera una vez que pudiera rentabilizar el valor creado, según ha expresado el director ejecutivo de SolarReserve, Kevin Smith.
 
Compradores contentos
 
"Un grupo procedente de los dos fondos realizó una visita a la planta como parte de las diligencias —declara Smith a CSP Today—. Se mostraron muy entusiasmados con la tecnología y reconocieron que la capacidad de almacenamiento podría permitir que la solar compitiera directamente con la generación fósil convencional".
 
Las tres entidades tienen la intención de invertir "cantidades adicionales significativas" mediante la nueva empresa conjunta durante los próximos cinco años. La cartera estará gestionada por un equipo liderado por Marcos Sebares, del Banco Santander, una entidad que ha sido considerada varias veces la más ecológica del mundo.
 
Sebares cree que esta nueva empresa conjunta marca una nueva etapa al situar al Banco Santander como una de las empresas de inversión en energía renovable líderes del mundo.
 
"Contamos con una estrategia de inversión a largo plazo y un balance sólidos, con un mandato de los accionistas de que la nueva empresa crezca en los próximos cinco años", indica.
 
El Departamento de Energía estadounidense debe aprobar la transferencia, prevista para principios de 2015.
 
"Como parte de las condiciones de la garantía de crédito, el Departamento de Energía cuenta con algunos derechos de aprobación para la venta de las participaciones por parte de los socios originales cuando se cerró la garantía —explica Smith—. Pero el Departamento de Energía ha cooperado mucho a la hora de revisar esta transacción y esperamos que se anuncie una decisión pronto".
 
El vicepresidente sénior de infraestructuras del Plan de Pensiones de los Profesores de Ontario, Andrew Claerhout, declara lo siguiente: "Estamos entusiasmados con la colaboración con el Santander y PSP Investments y tenemos ganas de apoyar la gestión en el crecimiento de esta empresa en los próximos años de manera significativa". 
 
Bruno Guilmette, vicepresidente sénior de inversiones en infraestructuras en PSP Investments añade que esto “también permite que PSP Investments siga desarrollando su cartera de activos de energía privados mientras contribuye a la producción energética medioambientalmente sostenible.” 
 
Dejar de invertir en fósiles
 
Según señala Bloomberg New Energy Finance, existe un creciente movimiento que se aleja de los combustibles fósiles y se acerca a las renovables entre los inversores institucionales.
 
Algunos ejemplos son los cuatro fondos de pensiones daneses, que se han asociado con DONG Energy para adquirir una participación del 50 % en el proyecto de eólica marina alemán Gode Wind 2. Otro es PensionDanmark, que invierte el 5 % de sus 21 000 millones de USD en activos de energía renovable, con rendimientos buenos y firmes de más de un 9 %.
 
En EE. UU., aparte del proyecto de CSP Crescent Dunes de SolarReserve, el proyecto Ivanpah de BrightSource Energy recibió inversión de un fondo de pensiones en 2010.   
 
Ivanpah, la planta con tecnología de torre de 392 MW, ubicada en California. Imagen cortesía de BrightSource Energy.  
 
El Fondo de Pensiones de los Maestros de California (CALSTRS, por sus siglas en inglés), el segundo mayor fondo de pensiones de EE. UU., contribuyó con 150 millones de USD en financiación durante la fase de construcción de Ivanpah.
 
Asimismo, hace solo unos meses, en la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático celebrada en Lima, el CALSTRS se comprometió a, como mínimo, duplicar su inversión en energía limpia.
 
El director ejecutivo del fondo CALSTRS, Jack Ehnes, declaró a NPR (una radio con base en Washington, D.C.) en septiembre que la crisis de 2008 significó una enorme lección sobre la valoración del riesgo del carbono en sus carteras como un grave problema que tienen que tener en cuenta como inversores a muy largo plazo.
 
"Si el planeta quemara ahora todas las reservas conocidas que hay de petróleo, se superaría este límite de dos grados por el que todos se preocupan. Por tanto, con esto como referencia, lo que observamos en el sector del petróleo es una exploración continua. De hecho, se invierten cientos de miles de millones de dólares cada año, con lo que superaríamos con creces lo que denominamos 'presupuesto de carbono'", afirmó Ehnes a NPR. 
 
Activos bloqueados
 
¿Qué supone esta excesiva dependencia de la energía fósil para una inversión en una cartera como la del CALSTRS?
"Probablemente, eso signifique que, a la larga, el valor de esas empresas, esos activos, lo que denominamos 'activos bloqueados', se devaluará", declaró Ehnes.
 
La preocupación sobre los posibles activos bloqueados está comenzando a cobrar impulso entre los inversores más importantes, con la creciente certeza de que invertir en renovables tiene sentido a largo plazo para gobiernos, empresas e instituciones financieras.
 
El reciente anuncio del Banco de Inglaterra de que investigaría el riesgo económico global de los activos de carbono bloqueados sugiere que las altas esferas del gobierno y la financiación están respondiendo a la posibilidad de que se produzca un cambio global acelerado que se aleje de los combustibles fósiles.
 
El Banco Mundial ya ha puesto fin a la financiación de la mayoría de los nuevos proyectos de carbón y se centra, en cambio, en la energía renovable. Por su parte, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco de Exportaciones-Importaciones de los Estados Unidos han realizado compromisos similares.
 
Barreras en la inversión institucional
 
Los inversores institucionales deben mantener niveles elevados de liquidez, transparencia, diversificación y riesgo y tener los requisitos definidos por el reglamento financiero. Estas normas obstaculizan la inversión donde existe incertidumbre normativa, como es el caso de las renovables.
 
La activación y desactivación del vencimiento de los incentivos para renovables, así como la modificación de la legislación casi anual necesaria para renovar el crédito fiscal a la producción estadounidense, es un ejemplo, al igual que lo son las reducciones retroactivas en los pagos de las tarifas en Italia y España, ya que todo esto crea incertidumbre.
 
La inestabilidad normativa es un motivo por el que los fondos de pensiones han tenido complicado el dejar de invertir en energía fósil, con sus incentivos estables y continuamente integrados.
 
Por ejemplo, el CALSTRS todavía mantiene a Exxon y Chevron como dos de sus diez principales valores. De hecho, incluso si se duplicara su inversión en energía renovable, esto solo afectaría a una pequeña parte de su cartera de valores.
 
Asimismo, incluso una política de energía limpia con buenos propósitos puede levantar barreras para inversores institucionales. El crédito fiscal a la inversión del 30 % fue el responsable de la implementación de casi todo el desarrollo de CSP en EE. UU., pero los fondos de pensiones no se benefician directamente de este crédito ya que están exentos de impuestos.
 
De nuevo, una vez que se construyan, con ese breve período del crédito fiscal a la inversión antes de su final en 2016 (como se encontraban Crescent Dunes y otros cuatro proyectos de CSP a gran escala antes del vencimiento del crédito el año pasado), estos proyectos de CSP se convierten en una inversión segura a largo plazo debido a sus contratos de 25 años con empresas energéticas de servicios públicos. 
 
Generación de "ingresos regulares", como las carreteras de peaje
 
La Iniciativa de Política Climática, con sede en San Francisco, estima que, a pesar de estas barreras, en los próximos 20 años, los principales 150 fondos podrían ofrecer hasta un cuarto de la inversión de capital en proyectos de energía renovable y más de la mitad de la deuda correspondiente. 
 
"Un creciente número de fondos está midiendo su exposición al riesgo derivado del carbono o buscando opciones de inversión en emisiones de carbono inferiores, incluidos los proyectos de energía renovable", explica Stephanie Pfeifer, director ejecutivo del Grupo de Inversores Institucionales sobre el Cambio Climático (IIGCC, por sus siglas en ingles).
 
Incluso el Wall Street Journal, que no es conocido por ensalzar las ventajas de la inversión en energía limpia, explica la inversión de Crescent Dunes como algo similar a otros activos de "ingresos regulares" como las carreteras de peaje. El periódico señala que el interés de los "fondos de pensiones" surge porque tanto estos como sus coetáneos tienen una creciente fijación por la inversión en empresas eléctricas de servicios públicos, carreteras de peaje y otros activos de infraestructuras gracias a los ingresos regulares que generan los activos, lo que encaja bien con sus responsabilidades a largo plazo".
 
SolarReserve coincide en la evaluación de los "ingresos regulares" del Wall Street Journal.
 
"En los últimos años, hemos visto un continuo incremento de inversores institucionales que entran en el campo de la energía limpia, en parte debido a su preocupación por el medio ambiente —confirma Smith—. Pero también porque ven que hay grandes oportunidades para la inversión a largo plazo en energía limpia".